Conversations in Spanish & Other Languages

Ep 157: Las interacciones del día en México con Abraham y Alba

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Alba: Hola a todos y bienvenidos a nuestro podcast de Conversaciones en Español y Otras Lenguas. Yo soy Alba Sánchez de España y es un placer compartir con ustedes esta conversación y ayudarles a aprender español con nuestras conversaciones. En esta ocasión, voy a estar charlando con Abraham de nuevo por aquí y hoy vamos a hablar sobre las interacciones del día en su país, en México. En la descripción de este episodio podéis encontrar las preguntas y el contenido adicional de esta conversación. Hola Abraham, ¿qué tal? ¿Cómo estás?

Abraham: Hola Alba, muy bien gracias y, ¿tú?

Alba: Muy bien también. Pues un placer tenerte por aquí de nuevo como siempre y tengo ganas de hablar del tema porque ya hice esta conversación con Raúl, pero claro, Raúl también pertenece a otra generación. No es mi intención ofender a nadie aquí, pero Raúl es mayor que tú y entonces también tengo curiosidad por saber si hay diferencias generacionales a la hora de comunicarnos en México, de interactuar entre vosotros.

Abraham: Sí, seguramente habrá diferencias y estoy feliz por participar de nuevo, de tener la oportunidad de charlar sobre este tema que me parece muy, muy interesante y sobre todo ver las diferencias de región porque entiendo que Raúl es del Estado de México, yo soy de Guadalajara y vamos a ver cuáles son las diferencias.

Alba: Imagino que también influye, es verdad, claro que sí, sí. Muy bien, pues sin más dilación vamos a empezar con el tema. Vamos a las preguntas directamente. Vamos a empezar con la familia cercana Abraham, ¿cómo les hablas tú a tus padres? ¿Les hablas de una manera muy informal, los tuteas o los ustedeas?

Abraham: Yo a mis padres les hablo de manera informal, los tuteo. He escuchado algunas personas que ustedean a sus padres, pero en mi caso yo veo a mis padres muy joviales, los veo muy activos y verdad, la verdad es que no son muy viejos. Mi madre tiene 52 años, mi padre 56, así que ustedearlos me cuesta trabajo y sigo tuteándolos todo el tiempo.

Alba: Muy bien, ¿dirías que alguien de tu generación, alguien con 24 o 25 años ustedea a sus padres o los trata de usted?

Abraham: Sí, lo he visto, lo he visto y para mí es un poco raro es… me parece muy raro. Es algo que no podría hacer, por lo menos no ahora, pero sí, sí ha pasado.

Alba: En el caso de los amigos que tienes que lo hacen, ¿es por, a, petición de los padres o es porque los padres son mayores que los tuyos?

Abraham: Creo que una de las razones es porque los padres son mayores, pero también me imagino que la relación entre padre e hijo es un poco más estricta posiblemente porque cuando hablamos de usted, por lo menos en México, se genera este sentimiento de autoridad, este sentimiento de alguien superior a ti y me imagino que en estos casos es porque la relación es un poco más estricta. Es mi opinión, pero podría ser cualquier cosa.

Alba: Muy bien, okay. Entonces a tus padres has dicho que los tratas de una forma un poco más informal, ¿qué les dices por la mañana para saludarlos? ¿Buenos días, buenas tardes si te levantas después de las 12? ¿O cómo amanecieron? ¿Qué les dices a tus padres exactamente?

Abraham: Buenos días. Cuando me levanto, este, saludo buenos días, ¿como están? Esa frase de cómo amanecieron, cómo amaneciste, la dice mucho mi madre y la decía mucho mi abuela. Creo que es una frase que, una pregunta, que la usan más los mayores, otras generaciones y curiosamente hay un chiste como cuando alguien pregunta, cuando mi abuela preguntaba “¿cómo amanecieron, cómo amaneciste?”, tú contestabas “acostado y en ayunas”. Como pues claro, ¿no?, amanecí acostado y sin comer nada.

Alba: Claro es lo obvio. Es que claro, ¿qué respuesta hay para cómo amaneciste? Qué es bien, mal, pues tengo hambre o me duele la cabeza o qué pasa, ¿no? ¿Cómo contestas tú a eso?

Abraham: Bueno, lo que esperan, me imagino, es bien, ¿no? Amanecí bien, pues acostado, pues pero…

Alba: Vivo.

Abraham: Vivo, respirando.

Alba: Muy bien, muy bien. Entonces un buenos días para ti.

Abraham: Un buenos días, ¿cómo están? y ya está, sí. A veces cuando sé que a lo mejor fue una noche un poco ajetreada, una noche que no descansaron bien, a veces pregunto “¿cómo durmieron?”, pero cómo amaneciste no, no lo uso.

Alba: No lo usas nada, ¿en ninguna situación podrías utilizarlo?

Abraham: Quizá cuando imito a mi abuela, cuando estoy tratando de usar frases que usaba mi abuela, lo usaría.

Alba: Vale, pero no es para ti, no dirías que es de tu generación ya.

Abraham: No, no.

Alba: Muy bien, okay. Bueno, si pasas la noche por ejemplo en tu casa, perdón, si pasas tú la noche en casa de algún hermano o algún primo o un tío, ¿qué les dices a ellos cuando los ves por la mañana? ¿Es más formal que con tus padres o sigues una línea igual de informal?

Abraham: Sigo con una línea de informalidad, sí. Para mí, me gusta mucho tutear, me cuesta trabajo ustedear, así que sigo esta línea de ¿cómo están?, buenos días. Si son más jóvenes, primos jóvenes y demás pues, qué onda, este, ¿cómo están?, ¿todo bien?

Alba: Muy bien. ¿Eres una persona que se levanta por la mañana con ganas de charlar y de saludar o eres de los que no me hables ni me mires?

Abraham: La verdad yo siempre me levanto con ganas de hablar con alguien y puedes escucharme en la casa, quizá hablando solo muchas veces, este, ya hablaremos de cómo me presento con mis compañeros de casa.

Alba: Es que yo creo que eso es algo intrínseco e innato en profesores, ¿no? Yo también hablo muchísimo sola y no sé, a mí también me gusta amanecer parlanchina. No sé, hay mucha gente que dice, ni me mires, ¿no? Por la mañana hasta que no tenga el café o hasta que no tome el desayuno, no notes mi existencia, pero no es mi caso tampoco. A mí me gusta empezar el día de buen humor, la verdad.

Abraham: Sí exacto, hay personas que tienen todo su ritual para poder amanecer, se levantan, su taza de café, hacen todo su ritual y hasta después de que terminan eso, pueden hablar. Yo no, yo me levanto y hablo con los perros, hablo con la pared, este…

Alba: ¿Con la pared? Con lo que sea que te escuché.

Abraham: Exactamente.

Alba: Muy bien, vale. ¿Qué pasa con los amigos Abraham? Si te quedas tú en casa de alguno de tus amigos, ¿qué piensas que es lo más común decirles a tus amigos para saludarlos por la mañana?

Abraham: Si me quedo en la casa de unos amigos, los saludaría en la mañana diciendo, “¿qué onda? ¿buenos días?”, quizá. Quizá no buenos días un poquito formal, ¿qué onda?, ¿qué tal? Y si sé que quizá no durmieron de la mejor manera o durmieron poco, siempre pregunto “¿cómo andas?” Es una pregunta que es común en México y yo la utilizo mucho. En vez de ¿cómo estás? ¿Cómo andas? ¿Cómo andas? ¿Todo bien?

Alba: Muy bien, perfecto, claro, que no vas a decirles a tus amigos buenos días, qué tal estáis por la mañana, ¿no? Es muy formal.

Abraham: ¿Cómo amaneciste?

Alba: ¿Cómo amaneciste? Muy formal, demasiado, demasiado. Muy bien y si sabes que es una noche, bueno imagino que muchas veces si te quedas en casa de tus amigos es porque no estás en condiciones de volver a casa, quizá, y algo ha pasado por la noche o habéis tenido una noche de fiesta, ¿no? Y empezáis a hablar directamente de lo que pasó la noche anterior.

Abraham: Exactamente, sí, sí. Como, ¿cómo te fue anoche con tal o tal cosa, no?

Alba: Exactamente, o ¿qué pasó anoche, oye qué me quedé ahí, qué pasó, no me enteré? Eso es, muy bien.

Abraham: Exacto. Eso pasa.

Alba: Perfecto, muy bien. ¿Qué les dices, Abraham, a tu familia o compañeros de cuarto con quienes vives cuando regresas a la casa del trabajo ya sea por la tarde o por la noche? ¿Tú eres de las personas que saludas, les dices algo o simplemente haces un contacto visual?

Abraham: Siempre que llego a la casa, en cuanto abro la puerta, siempre grito, “ya llegó su roomie favorito”. Es como mi anuncio de que ya llegué, ya llegó su roomie mi favorito. Esté alguien o no esté nadie, yo abro la puerta y es lo que digo. Si los encuentro de paso les digo, “¿qué onda?, hola”, pero ellos saben que ya llegué porque yo abro la puerta y escuchan mi grito de ya llegó su roomie favorito. A excepción si es noche, si es noche ya no hago eso por respeto, pero lo hago.

Alba: Eso era lo que te iba a preguntar, también si son las 3 de la mañana o ya te cortas un poco más.

Abraham: Sí, no, ahí hablo con los perros solamente en ese caso.

Alba: Okay, ya llegó su dueño favorito. Muy bien, muy bien, o sea que sí, que eres de llegar a casa y saludar, y preguntar “¿qué tal el día o cómo te ha ido el día de trabajo o algo nuevo por aquí?, ¿no? Alguna novedad.

Abraham: Sí, definitivamente siempre me gusta llegar y que sepan que estoy aquí y yo saber que están ahí y hablar de cualquier cosa, pero sentir la presencia de otras personas.

Alba: Muy bien, ¿alguna vez has tenido la experiencia de vivir con alguien al que o a la que no le gusta tener conversaciones de este tipo?

Abraham: Sí me ha tocado, me ha tocado en la última casa que viví. Había una persona que vivía en la parte de abajo, que no le gustaba nada y siempre, no me reñía, pero me comentaba de “oye hablas muy fuerte, oye haces mucho ruido”, y yo bueno, pues son las dos de la tarde, nadie está durmiendo, ¿no? Pero si me ha pasado.

Alba: Sí, sí, vale. Sí, es que también hay personas así, ¿no?, que a veces tú tienes una energía y otras personas en casa no están en la misma sintonía que tú y sobre todo cuando no sois familia, sois compañeros de piso simplemente, ¿no? Pues también hay rocecillos a veces.

Abraham: Sí exacto, pero afortunadamente ahora mis compañeros de piso, mis roomies compartimos la misma energía, somos más o menos similares y sabemos cuándo alguien llega.

Alba: Eso es genial, muy bien, muy bien. Bueno, a propósito del qué onda, que ya lo has comentado varias veces y ha salido en la conversación varias veces. Yo tuve una conversación con Raúl, que como tú has dicho, es del Estado de México y me dijo que es una de las frases que con más frecuencia se utiliza con familia o con amigos, ¿para ti es también frecuente utilizarla? Y si es así, ¿dirías que es coloquial?

Abraham: Sí, es frecuente para mí ¿qué onda? Podría decir que sí es coloquial, lo usan muchas personas porque a pesar de ser informal, no es grosera. Si decimos “¿qué pedo?” ya es una informalidad, pero puede tocar ahí como fibras un poco más sensibles para personas más formales. “¿Qué pedo?”, yo digo mucho “¿Qué pedo?”, con mis amigos. ¿Qué onda?, lo digo con personas que no son tan amigos que quiero ser informal, pero no tan informal; y por ejemplo, para ¿qué tranza?, este, no lo digo mucho. Creo que ¿qué tranza? ya es un poco de otra generación. Qué tranza, este, quiubo también es un poquito de… creo que es otra generación, pero también creo que en el centro del país en la Ciudad de México y el Estado de México usan mucho quiubo. ¿Quiubo manito? en otra generación.

Alba: De acuerdo, o sea, que no es para ti. Y por ejemplo el qué onda, ¿en qué situaciones tú no lo utilizarías? ¿Con qué personas no lo usarías o en qué contextos?

Abraham: Con profesores, en el trabajo. Bueno, en el trabajo con superiores y también dependiendo de la relación que tenga, pero simplemente en contextos formales donde no conozca la persona porque inclusive en contextos formales, donde conozco a la persona y conozco el tema podría usar ¿qué onda? Por ejemplo, pasan, no sé, este reporte de las ventas de ayer, “¿qué onda con esto?, o podría decir o “¿qué onda, cómo estás, cómo te fue ayer?”, podría decirlo sin problema.

Alba: De acuerdo, muy bien. ¿Pero no utilizarías eso con, no sé, una persona en el banco o un profesor de universidad?

Abraham: No, no, definitivamente no, no, no.

Alba: Vale, muy bien, muy bien. ¿Tienes alguna otra expresión común que utilices en tu región? Has dicho que el quiubo y el qué tranza no es de tu generación ni de tu región. Háblame un poquito de las tuyas.

Abraham: Pues, qué onda, qué pedo y hay expresiones que creo que son populares en todo México, que no se usan mucho y cuando se usan es para tener un tono más gracioso como, qué te pasa calabaza, es como, oh qué te pasa calabaza, puedes usarlo, lo he escuchado, a veces lo uso. Este, también si quieres ser un poquito más informal y creo que se usa más en el centro, qué Pachuca por Toluca, es como… Pachuca y Toluca son ciudades de México, que Pachuca por Toluca es qué pasa por tu casa, ¿no?, qué está pasando, sí, sí. Pero son frases que no son comunes, no se usan todo el tiempo, pero puedes escucharlas y es un poquito, es divertido.

Alba: Pero, ¿qué pasa en México con las rimas? Es una cosa que me he dado cuenta, hablando con Raúl también, es que es una cosa que os encanta, parece. Las rimas en los saludos.

Abraham: Sí, las rimas. Yo creo que es porque nos gusta tener este tono gracioso cuando hablamos y hay rimas para saludar. También para muchos albures, somos los maestros de los albures, también nos gusta, nos gusta la rima.

Alba: Muy bien, muy bien, muy bien, okay, vale. Vamos a pasar, hemos hablado del plano oral, nos vamos a un plano un poco más físico, los saludos. Vamos a hablar de un tema que es un poco controversial también en otros países porque no están acostumbrados a este tipo de contacto físico, pero a mí me gustaría saber, Abraham, si tú acostumbras a darle un beso en la mejilla a tus padres, por ejemplo, por la mañana o en cualquier otro momento que tengas interacción con ellos.

Abraham: A mi madre sí, a mi madre sí le doy un beso en la mejilla cuando la saludo, cuando me despido de ella y le doy un abrazo también. Es muy común. Yo veo a mi madre, la abrazo y la beso. Con mi padre no. Besos en la mejilla con mi padre solamente en situaciones especiales, quizá en mi cumpleaños, Navidad, si no lo he visto en mucho tiempo, no es muy común; abrazos sí, abrazos es común, pero con mi madre siempre besos y abrazos.

Alba: De acuerdo, ¿dirías que la situación que hay en tu casa es la que es común en todas las casas de México?

Abraham: Diría que es la más común, sí. Diría que es la más común de que todos besen y abrasen a sus madres, pero también creo que es común que a los padres también y aquí es un poquito controversial porque inclusive hay famosos; este cantante Vicente Fernández, que besaba a sus hijos en la boca, Alejandro Fernández, por ejemplo. Así que hay situaciones también un poco no común, pero puede cambiar, pero lo que no cambia es que a la madre besos y abrazos siempre.

Alba: Vale, muy bien, muy bien. ¿Qué tal con tus hermanos o primos? ¿Hay también hay ese contacto físico de besos, abrazos o cómo es para ti?

Abraham: Con mi hermana sí, besos y abrazos, con mi hermano no mucho, abrazos quizá a veces. Con los primos, en general, cuando saludo a cualquier persona que conozco, siempre es como el saludo de manos y un abrazo, un pequeño abrazo, sí.

Un abrazo, vale. A mí siempre me llama la atención lo del abrazo porque, ¿cómo es el abrazo con alguien?… o sea es diferente, por ejemplo, el abrazo con alguien que acabas de conocer o a lo mejor tú no abrazas a alguien que acabas de conocer.

Abraham: No, no.

Alba: Vale.

Abraham: No lo abrazo, no.

Alba: Vale, vale, vale. Entonces hablamos de un abrazo un poco más íntimo, ¿no? Un poco más, donde sí que hay contacto físico, no tan a distancia.

Abraham: Exacto, sí. De hecho, cuando abrazo a alguien que conozco para saludar es un abrazo y siempre hay como un pequeño roce en la espalda. Movemos manos en situación de afecto.

Alba: Claro, sí, sí, sí, entiendo. Muy bien, okay, muy bien. ¿Qué haces entonces si no abrazas a personas que acabas de conocer? ¿Qué haces cuando las conoces? ¿Cómo las saludas?

Abraham: Cuando conozco a alguien nuevo que no lo he visto en ninguna otra ocasión, entró en conflicto porque no sé cómo saludar ahora a las personas y ahora con COVID más. ¿Qué hago? Le doy la mano, la saludo de beso, le doy, chocamos los puños, apretón de manos y más ahora porque estoy a la mitad de los veintes y es como, doy apretón de mano, choco los puños como los jóvenes, que hago, ¿no?

Alba: Como los jóvenes.

Abraham: Así que entró en conflicto y lo que he decidido, lo que he optado hacer es, siempre estirar la mano y dar un apretón de manos.

Alba: Okay.

Abraham: Un apretón de mano formal, tanto con hombres como mujeres. Creo que muchas personas, muchos hombres sobre todo, tratan de saludar a las mujeres de beso, aunque no las conozcan, pero trato de evitar porque puede generar una situación ahí de incomodidad sobre todo en ambientes laborales y de universidad. Así que, para no errar, para no cometer errores estiró la mano, apretón de manos y ya está.

Alba: Y ya está, muy bien, exactamente. O sea, que es el contacto físico mínimo, ¿no? Dentro de los contactos físicos que podríamos tener en los saludos, es el mínimo, la mano.

Abraham: Exacto, sí, sí.

Alba: ¿Y tú piensas que la forma de saludar que tú tienes es común en todo México?

Abraham: Sí, sí, sí, creo que es común. Es común en todo México. Como te mencioné, los jóvenes, nosotros los jóvenes, entre nosotros hacemos… hay dos formas, la del puño que chocas los dos puños, así...

Alba: Vale.

Abraham: O también la de chocarla, que es como un aplauso con tu mano y la mano de la otra persona y después el puño. Es como… aplauso, puño; aplauso puños.

Alba: Ah, vale.

Abraham: Y esa es la manera como yo saludé a casi todos mis amigos durante la infancia, adolescencia y hasta la fecha. Es choque, puño.

Alba: Claro, sí, sí, sí, sí. Que es un poco más íntimo también que solamente dar la mano, ¿no? Dar la mano es un poco más frío, quizá, y aquí es un poco más con confianza.

Abraham: Sí, exacto.

Alba: Muy bien, ¿tus padres también, por ejemplo, cuando conocen a alguien por primera vez, dan dos besos o solamente dan la mano?

Abraham: Ahora solo la mano, ahora es evitar conflictos, solo dar la mano.

Alba: Muy bien, muy bien, muy bien. Cuando te vas al trabajo o a cualquier lugar, ¿qué dices para despedirte de tus padres o de algún familiar que está en casa? ¿Dices algo, le das un beso, un abrazo o no dices nada y simplemente te vas?

Abraham: En mi casa para decirle adiós a mis familiares, a mi madre, con mis hermanos no tenía que decirles nada.

Alba: No me importan los demás.

Abraham: No me importa, sí. Pero con mi madre siempre tenía que saber a dónde voy, con quién voy y a qué hora regreso. Siempre, siempre, siempre, cuando vivía con mi madre, era así, así que siempre me despedía de ella.

Alba: El interrogatorio.

Abraham: Exactamente.

Alba: Eso es. Claro, entonces, por ejemplo, cuando te vas a algún lugar que no es trabajo, que simplemente es ocio, como una fiesta, ¿a tu madre también le haces el informe o le hacías el informe de me voy con esta persona, vamos a este lugar, volveremos a esta hora aproximadamente?

Abraham: Sí, siempre era hacer el informe, pero la entiendo, la entiendo. Las razones por las que lo hacía, lo hace. Si me quedo en su casa, hay que seguir con esa rutina, pero con tres datos simplemente, dónde estoy, con quién estoy y a que ahora regreso es suficiente para ella.

Alba: Perfecto, muy bien. Yo también lo entiendo, sí, sí, sí muy bien. Bueno, Raúl mencionó que en su experiencia o al menos en su región para iniciar una interacción con una mujer se usa mucho señora o señorita, pero trata de tener cuidado porque en México señorita o señora se usa en función de estar casado y no en relación con la edad como ocurre en España, ¿no? ¿Cómo dirías que son en tu región y en tu generación esta situación?

Abraham: Creo que similar. Es muy similar, por ejemplo, recuerdo cuando trabajaba como mesero y había pues… mujeres adultas en una mesa y entraba en este conflicto ¿señora o señorita? Yo trataba siempre usar el señorita para sonar un poco más amable y había ocasiones donde decían, “señora, mi trabajo me ha costado”, es como okay.

Alba: Okay.

Abraham: Okay, señora.

Alba: Vale, vale, vale, y entonces, por ejemplo, para ti también sería en función del estado civil, de casada, soltera, ¿o más en función de la edad?

Abraham: Para mí es más en función de la edad, pero creo que socialmente se entiende como en función de casado o soltera.

Alba: De acuerdo, bueno, tú has puesto la experiencia también de trabajar como camarero, pero cuando tú inicias una conversación simplemente pues, por ejemplo, una mujer que has visto en el autobús, ¿no? Y quieres decirle buenos días o quieres preguntarle cualquier cosa, ¿inicias también con ese vocativo, con señorita o señora o simplemente perdone?

Abraham: Si es mayor que yo, digamos no sé unos 45 o 40 más, podría decir señorita si quiero ser formal. Si voy a preguntar la hora, por ejemplo, “disculpe señorita”. Pero si es un poquito más joven, como de mi edad, este, podría decir amiga o chica. Y ese amiga, amigo, es muy usado sobre todo con los jóvenes como, “oye amigo, se te cayó la cartera” o “amiga perdón”, este, lo vas a usar mucho; inclusive cuando sales a comer a algún bar, “oye amigo, mi amiga quiere hablar contigo”, y aunque no se conozcan, pueden usar amiga y amigo.

Alba: Sí, de acuerdo, no ofende, no es ofensivo en ningún caso.

Abraham: No, no es ofensivo. Puede haber personas que son un poco groseras y que te digan, “ah ni nos conocemos no me llames amigo”, o cosas así, pero eso ya es cuando de verdad son groseras y no quieren hablar con nadie.

Alba: Vale, vale, vale, vale, muy bien, okay. Y, por ejemplo, ahora que hemos puesto la situación de hablar con alguien en el autobús, cuando tú estás por la calle, sí, sobre todo por la calle caminando, y ves a alguna persona, ¿sueles saludarla, decirle “buenos días” o “buenas tardes” o “hola qué tal”?

Abraham: Cuando estoy en mi colonia, bueno en la calle, si veo a las personas que trabajan abajo o al de la tienda, a la señora de la zapatería, camino y aunque no hemos hablado nunca, sabemos, nos conocemos de vista y decimos buenos días, buenas tardes, pero si son personas que no conozco de nada, no digo buenos días, no digo buenas tardes y creo que esto pasa, las personas que dicen buenos días, buenas tardes a personas que no conocen, pasa en los pueblos, en las ciudades más pequeñas y con adultos mayores. Me ha tocado pasar en la calle que un señor mayor, una señora mayor me dice buenos días, pero es porque su tradición quizá en el pueblo, en la ciudad pequeña donde viven.

Alba: Claro, eso es lo que te iba a preguntar, si también en otras generaciones sería diferente. Yo pienso que aquí es igual también, sí. Sobre todo, con gente mayor, cuando encuentras a alguien estás caminando y después buenos días, ¿no? O simplemente un contacto visual o la cabeza, ¿no? Un poquito inclinada para saludar o alguna cosa así, pero con gente mayor, como tú dices.

Abraham: Exacto, sí. Creo que lo que no se ha perdido es el decir provecho o buen provecho. Creo que a pesar de que seamos jóvenes, muchos de nosotros cuando vamos a un lugar y estamos comiendo y ves a alguien más comiendo, es provecho o cuando te vas es como, provecho. No conoces a nadie, pero dices, “provecho”.

Alba: Muy bien, sí, son cosas que dan gusto, ¿no? No cuesta nada saludar a alguien o decir buen provecho. Creo que es algo bueno y que no cuesta trabajo.

Abraham: Exacto.

Alba: Muy bien, muy bien. Bueno, si vas a algún lugar que no conoces y quieres preguntar la dirección, dónde está algo, ¿cómo interactúas con una persona que encuentras por la calle?

Abraham: Siempre la primera palabra que digo es disculpa o disculpe, disculpa si hablo de tú o disculpe si hablo de usted y ya suelto la pregunta. “Disculpe, ¿sabe dónde queda la Catedral?” O disculpe, “¿me regala su hora por favor?”

Alba: ¿Me regala?

Abraham: Ah, sí, preguntamos me regala su hora, lo podemos escuchar así.

Alba: Me regala su hora, ¡qué bonito! Me gusta mucho. ¿Y de qué depende si tú utilizas aquí disculpa o disculpe en tú o usted?

Abraham: En la edad, en la apariencia física. Si se ven jóvenes, si se ven más mayores uso usted o tú.

Alba: Muy bien, ¿alguna vez te ha ocurrido que has hablado de usted con alguien y se ha ofendido porque le has hablado de usted o viceversa?

Abraham: Pasa, pasa con profesores en la universidad. Hay algunos profesores que no quieren que los ustediemos, que nos dicen que les hablemos de tú que es un poco interesante la relación profesor estudiante aquí en la universidad y para mí que me hablen de usted pues no me molesta. Creo que está bien; no me molesta mucho. La primera vez que me dijeron, ¿señor, disculpe señor me puede pasar la pelota”, que fue un niño como, “oh señor ¿puedo entrar al jardín por mi pelota?” y fue como, okay, pero ya después fue como, “oh, está bien, ¿qué necesitas niño, no pasa nada?

Alba: Es que claro desde la óptica, desde la perspectiva del niño, pues tú eres un señor. Da igual si tienes 25 o 53, eres un señor igualmente.

Abraham: Exacto.

Alba: Claro no se lo puedes tener muy en cuenta.

Abraham: Sí, sí pero creo que para las mujeres, para las damas.. hay un poquito más de conflicto que le llamen señora.

Alba: Es verdad. Yo creo que sí, yo cuando trabajaba de cara al público y alguna vez me dijeron, “dale esto a la señora que lo pese” o “dale esto a la señora que te cobre”, y yo hombre por favor, pues te va a cobrar quién yo no sé. Yo no te voy a cobrar porque la verdad que puede llegar a ser ofensivo y más cuando te ven con una cara de 23 o 24 años y te dicen señora, ¿no? Señora, pues no, chica que es mucho más informal, pero señora es mi señora abuela, ¿no? Pero no yo.

Abraham: Exacto, sí. O joven simplemente, a la joven.

Alba: Exacto, eso es, muy bien, okay. Vale, hemos hablado de direcciones en la calle, qué pasa, por ejemplo, si estás en una tienda o en un centro comercial y estás buscando el baño y ves a un empleado, ¿qué le dices para preguntarle dónde está el baño?

Abraham: Igual, llego, la primera palabra es disculpa/disculpe, ¿dónde está el baño? Y pues ya. Aquí hay variaciones, yo siempre digo, “¿dónde está el baño?” Hay personas que preguntan, “disculpa, ¿tienes baño?” Y es como okay, pues claro que tenemos baño, ¿no? Pero yo pregunto, “¿dónde está el baño?”

Alba: Dónde está el baño, hombre, personalmente no tengo aquí un baño, ¿no? Pero sí, puedes usar el que tenemos para la tienda, eso es; en mi casa tengo también, exactamente. Muy bien, vale, ¿cambia un poco, por ejemplo, la interacción cuando hablamos de doctores o dentistas?

Abraham: Para mí sí. Creo que definitivamente sí cambia. Siempre hablar de usted, yo siempre hablo de usted, aunque se vean jóvenes. Si es un doctor, un médico es usted. Con los dentistas es un poco diferente porque mi dentista es un amigo mío que tiene mi edad así que es muy informal y también entró en conflicto porque he escuchado personas que dicen, ah voy con el doctor, el dentista y le hablan, “ah doctor me duele la muela”, pero pues es un dentista, no es un doctor y yo siempre digo, dentista, la palabra completa, oye dentista.

Alba: Vale, vale, vale. Porque tú consideras que no entran en la misma rama, la odontología es diferente que la medicina.

Abraham: Sí, sí, en mi percepción un médico es, digamos está en un escalón más alto que un dentista en mi percepción.

Alba: Okay, espero que no nos escuche tu amigo, eh.

Abraham: Él sabe.

Alba: Te va a tocar sacar dientes sin anestesia probablemente.

Abraham: Pero si, para mí, entro en conflicto como dentista/doctor. Y también pasa con los veterinarios, veterinario, doctor; bueno si es médico veterinario, es como el veterinario doctor, pero sí.

Alba: Claro, es verdad. Imagino que en algunas ocasiones cuando tienes confianza en el caso de tu amigo que es dentista puedes decirle su nombre directamente.

Abraham: Sí, definitivamente.

Alba: Claro, eso es, ¿y qué pasa al contrario? Cuando tú eres el paciente, ¿cómo te tratan a ti. Te tutean o te ustedean?

Abraham: Hablan de usted, hablan de usted. La mayoría de las veces hablan de usted y siempre con diminutivos. Creo que es muy característico en el ambiente médico hablar con diminutivos como, ah un piquetito, “disculpe señor vamos a hacerle un piquetito, vamos a tomarle su presión, todo está bien, señor un ratito más”.

Alba: Vale, un piquetito, ¿qué es un piquetito?

Abraham: Un piquetito cuando te van a inyectar. “Va a sentir un piquetito en la encía”.

Alba: Ah, vale, vale, vale, muy bien, muy bien, un piquetito. Sí, es verdad que es normal hablar también con diminutivos. Yo lo he sentido mucho. Creo que es una forma de quitarle hierro al asunto y decir “bueno, es un ratito más, un piquetito, un pinchacito”, como decimos aquí, un pinchacito, pero sí. Sobre todo también con gente mayor, también lo he notado. Muy bien, ¿en alguna ocasión has pedido por favor o te han pedido a ti, en este caso de médicos, etcétera, ¿que los tutearas?

Abraham: No, nunca me ha pasado con médicos, jamás.

Alba: Muy bien. Yo fíjate, yo, no me sale, es una cosa que no puedo hablar de usted a un doctor. Creo que es algo que se ha perdido aquí un poco, que pertenece a otra generación, pero compartimos cosas tan íntimas y tú vas a saber cosas de mí tan íntimas que no me sale tratarte de usted cuando, no sé, has visto partes de mi cuerpo o sabes que tengo ciertas enfermedades o cosas así. No sé, es como mucha confianza.

Abraham: Sí, sí, pasa, pasa. Pero aquí en México y sobre todo yo, usted es como okay eres… no quiero que entremos en tanta confianza porque eres mi doctor y vas a hacer tu trabajo y ya está porque…

Alba: Profesional.

Abraham: Profesional sí, no queremos que seamos amigos por el momento, vas a ser mi doctor me vas a tratar y ya está, usted.

Alba: Fíjate que, como un tratamiento, como hablar de usted a alguien tiene un significado tan grande, ¿no? Tú has dicho. Tú haces tu papel y yo hago el mío. No quiero mantener más relación y te lo pongo con un usted y te doy a entender eso con un usted.

Abraham: Sí, definitivamente porque en este papel estás dando a entender que no tiene espacios para cometer errores porque quizá con un amigo puede haber bromas, puede haber errores, pasa más a la ligera, pero en este papel eres la autoridad, tú eres el responsable, usted, tú trabajo, yo el mío, mi papel, tú el tuyo y ya está.

Alba: Efectivamente, es verdad, entiendo. Es muy interesante lo que tú dices de no dar pie a tener más confianza para no tener un chascarrillo, una broma. Es que yo estoy aquí por una cosa seria, una cosa que me preocupa y tu papel es informarme simplemente. No necesito bromas, no necesito nada más y no te tomes ningunas… ¿cómo se dice? Y no te tomes ningunas confianzas conmigo, ¿no? Fuera de lo estrictamente profesional.

Abraham: Exacto, sí, sí.

Alba: Muy bien.

Abraham: Médicos.

Alba: Son cosas serias, tienes razón, tienes razón, muy bien, muy bien. ¿Y qué pasa, por ejemplo, en otras situaciones formales también como una entrevista de trabajo, un trámite de gobierno o cualquier otra situación formal que se te ocurra? ¿Qué dices cuando llegas y te presentas? ¿Hablas de usted también?

Abraham: Sí, sí hablo de usted con una situación formal en una entrevista y siempre tratando de ser lo más formal posible. Por ejemplo, una entrevista de trabajo siempre hacer contacto visual, saludar de mano, asegurarse que me vean cuando me saludan y usted.

Alba: Muy bien, muy bien. ¿En el gobierno también? ¿Trámites de gobierno?

Abraham: Sí, sí, para agilizar las cosas. Te respeto, haz tu trabajo, vamos a hacerlo rápido.

Alba: Yo creo que aquí todos queremos lo mismo. Muy bien, muy bien, okay, muy bien, okay. Y una vez que termina la cita o la entrevista, ¿qué dices para irte y despedirte dentro de una situación formal?

Abraham: Pues agradecer si es una entrevista, por ejemplo; “muchas gracias por recibirme y quedo a sus órdenes”. Es algo que digo, “quedo a sus órdenes”, siempre y saludar de mano, despedirme de mano y siempre contacto visual.

Alba: Muy bien, muy bien. Es verdad dar las gracias es una cosa que hacemos mucho por todo, ¿no?, simplemente gracias.

Abraham: Sí, sí, gracias por recibirme.

Alba: Eso es, por tu tiempo, por escucharme, por la oportunidad, por cualquier cosa.

Abraham: Exacto.

Alba: Muy bien, muy bien, ¿qué frases utilizas para despedirte en general en situaciones formales o con personas que acabas de conocer?

Abraham: “Adiós, un gusto si acaba de conocer, un gusto, nos vemos, un placer conocerte, nos vemos, encantado, nos vemos”. Lo más común es un gusto, un gusto, nos vemos, adiós simplemente.

Alba: Okay, un gusto, adiós, hasta luego.

Abraham: Hasta luego, sí.

Alba: Chao.

Abraham: Chao no, con situaciones formales no.

Alba: Vale, muy bien, muy bien, muy bien. Bueno, vamos ya ultimando, vamos terminando ya la entrevista. Quería decirte que Raúl también mencionó que entre buenos amigos se usa la expresión cámara, sale, ya me voy, ahí nos vidrios. ¿Se usan en tu región también o tenéis algunas otras frases para despedirte? Por ejemplo, de tu familia, de tus amigos, de alguien con más confianza.

Abraham: Sí se usa, se usa. Es muy informal. Por ejemplo, el cámara es muy informal, lo uso con amigos, cámara nos vemos, cámara adiós. Sale, sale es como un okay, sale pues ya me voy, sale cámara. Ahí nos vidrios, es como estas expresiones de ¿qué Pachuca con Toluca?, ¿qué te pasa calabaza?, expresiones que no son muy comunes, pero a veces las puedes escuchar. También hay otras expresiones muy informales que a veces las digo con mis amigos de toda la vida que es, ahí de rato, como nos vemos en un rato, ahí de rato cámara.

Alba: Ahí de rato.

Abraham: Sí, muy informal, muy informal. Lo vas a… lo vamos a escuchar con los jóvenes y sí, son estas cámara, sale. Lo normal es, yo digo cámara con mis amigos y sí, cámara, adiós.

Alba: Ahí en un rato.

Abraham: Ahí de rato.

Alba: Ahí de rato, perdón. Ahí de rato, vale. Es que es ahí de rato, es que hay que entenderlo.

Abraham: Ahí de rato, ahí de rato.

Alba: Ahí de rato, eso es. Entonces eso significa que nos vemos en un rato.

Abraham: Ajá, nos vemos después.

Alba: Después, vale, muy bien, okay. Claro que un rato también es algo tan, que no tiene definición.

Abraham: Sí, es. Desde el momento que lo dices hasta antes de la muerte.

Alba: Efectivamente, en algún punto de la vida va a ocurrir.

Abraham: Exactamente.

Alba: Exacto, muy bien Abraham. Bueno, pues llegamos al final de la conversación. A mí me gustaría saber si a ti te gustaría mencionar alguna cosa más sobre las interacciones del día en México, si nos hemos saltado alguna cosa, si hay algo que tú quieras añadir.

Abraham: Me gustaría añadir sobre el lenguaje no verbal. Creo que es difícil expresarlo en un podcast, pero la manera en que saludamos o que hacemos contacto visual con una persona, aunque no la saludemos con palabras, quizá porque está ocupada o algo así. La manera en que nosotros hacemos esto que saludamos a una persona sin decir nada o les hacemos entender de hola te vi y aunque no nos vamos a hablar es, como dices, vamos a mirarlo y inclinar la cabeza hacia atrás; es como… hasta inclusive con un pequeño silbido de… la cabeza para atrás. Creo que es muy común y bueno, ya depende de dónde estés, ¿no? Si ya es una zona un poco más, digamos en las afueras de la ciudad, un poquito más gueto, de que las pandillas, es muy común de saludar y la cabeza hasta atrás, ¿no? Hasta atrás, hasta atrás, hasta atrás.

Alba: Que te doblas el cuello ahí, ¿no? Te dejas las cervicales.

Abraham: Sí, sí, exactamente. O simplemente cuando ves a alguien de lejos, suelo mover la mano como el típico hola occidental universal, este, mover la mano que también se usa mucho.

Alba: Sí, es verdad, es verdad. El lenguaje no verbal es que tiene muchísimo peso. No sé si por ejemplo tú nos puedes hablar un poquito de tus clases online, ¿tú tienes estudiantes que te saludan con la mano también?

Abraham: Estudiantes que me saluden con la mano no. No tengo estudiantes presenciales.

Alba: No, me refiero dentro de la conversación.

Abraham: En la videollamada, sí.

Alba: Exactamente, sí, sí. Cuando dicen hola y mueven la mano al mismo tiempo, por ejemplo.

Abraham: Sí, sobre todo yo lo hago al despedirme. Yo siempre lo hago al despedirme es como chao, adiós. Siempre levanto la mano y porque lo hago por inercia, ya lo tengo muy sistematizado. Es como, hola, adiós. Siempre lo hago con mis estudiantes, nos vemos, nos vemos. Y trato siempre de hacer, de moverme, de hacer el lenguaje no verbal, la mímica, como lo haría con una persona. Creo que son las ventajas de tener la videollamada.

Alba: Absolutamente.

Abraham: Sí, porque hablan mucho, dice mucho, dice mucho expresiones como, no sé, hacer codo, este.

Alba: Claro.

Abraham: Tacaño sí. Me gusta mucho el lenguaje no verbal porque habla mucho sin decir nada.

Alba: Es verdad, muchísimo. Tienes razón. Yo tengo estudiantes también que me dicen hola con la mano, pero yo no acostumbro tampoco a saludar, como hola con la mano, es más para despedirme también, para decir adiós.

Abraham: Sí, sí.

Alba: Tienes razón, es más la tendencia en la despedida que en el saludo.

Abraham: Sí, sí.

Alba: Sí.

Abraham: Sí, es verdad. Yo también solo para despedirme, aunque si encuentro alguien por la calle y está lejos es como hola, adiós.

Alba: Eso es, claro, también. Muy bien, muy bien, pero como tú has dicho también es, no solamente es adiós y me voy. Es, “bueno chao, nos vemos, adiós”; es una retahíla de despedidas, de saludos, para decir que nos vemos, ¿no? Pero no, no te digo adiós y corto.

Abraham: Exacto y creo que en México nosotros tenemos la tendencia de decir muchos saludos o despedidas. Sobre todo, despedidas como, okay, ya me voy, adiós, te cuidas eh, nos vemos, hasta mañana, bye. 4,5,6 despedidas para decir adiós.

Alba: Sí, sí, sí. El cuelga tú, cuelga tú, no cuelga tú.

Abraham: Sí, cuelga tú.

Alba: Exacto, muy bien. Abraham pues, ha sido un placer escucharte como siempre y ha sido muy interesante saber también que en otras generaciones pues se saluda de forma diferente y en otras regiones también.

Abraham: Sí, muy interesante y pues, bueno ha sido un placer para mí también poder compartir esta conversación y espero poder hablarnos pronto.

Alba: Claro que sí, claro que sí. Pues Abraham, nos vemos, hasta luego, chao chao, bye bye, cuídate.

Abraham: Nos vemos, cuídate mucho, adiós, ahí de rato cámara, bye, sale. No, pero muchas gracias Alba y gracias a ustedes por escucharnos y nos vemos pronto.

Alba: A ti siempre Abraham, hasta pronto.

Abraham: Bye, bye. Chao.

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